miércoles, 21 de mayo de 2008
Rincón 4 (Adios)
martes, 13 de mayo de 2008
Alguien busca una princesa? Yo la encontré...
Le va bien en el colegio, y es foco de envidia de los tipos más porros, que siempre se van con las niñas lindas del curso o de las otras secciones, pensando bobamente que por las notas una de ellas al fin se fijaría en él. Crece, llega a la pubertad y empieza a forjar ideales, ideas, y todo lo que su entorno le ofrece, descartando lo que considera nocivo y abrazando lo que piensa que le hará bien en la vida.
En el cine ve las típicas películas gringas quinceañeras, donde el looser de la "secundaria" por méritos y bondad, logra quedarse con la porrista que salía con el capitán del equipo de fútbol americano, añorando que una situación así le ocurra, pero crece y se empieza a dar cuenta que las porristas populares no son en verdad las mejores chicas, sino que esas las debe buscar en otro lado y no en un grupo de minas se preocupan más del maquillaje que de saber si es cierta o no la teoría de la decadencia de occidente.
Ya cuando joven, se cuestiona la existencia de todo y todos, busca respuestas y con cada respuesta se encuentra con más preguntas que lo dejan más complicado que la pereza no le ayuda a responder. Aprende de la vida, lo bueno, lo malo y lo feo y como enfrentarlo, sin embargo, no aprende lo más importante: VIVIR.
Se encierra en su mundo, y busca llevar a cabo todo lo que encontró en los libros, llegando a niveles altos de meditación y muchas de las respuestas que se planteaba por fin encuentra donde están. Le muestran un mundo, una forma de vivir y conocer, con que personas se debe relacionar y como enfrentar cada situación, sin embargo, como dijimos anteriormente, el vivirlas deja mucho que desear.
De repente se siente solo, que no todos piensan como él, que lo critican por todo y busca donde y con quien compartir eso que todos ven como una rareza en vez de una virtud. Busca esa compañía en el sexo complementario, y de acuerdo a los cánones que se formó hace una lista de "cualidades" que dan paso o descartan a todas las candidatas que se presenten. Que sea inteligente, que piense así o así, que no sea muy baja, que tampoco alta, ni gorda ni flaca, ni comunista ni liberal, pero tampoco monja (la vida debe ser entretenida también no?) y conoce y conoce, y descarta y descarta, y se pasa un largo tiempo en lo mismo, que esta era liberal o esta otra era muy alta y por ende me veía "apocado" a su lado (que tamaña estupidez por cierto). Y así, se pasa la vida, solo y descartando, como si el fuese perfecto y tuviera el derecho a menospreciar o elevar a quien se le pase por delante.
Por fin, luego de mucha búsqueda y tiempo, y donde menos se esperaba, la "princesa" que tanto buscaba está frente a sus cansados ojos. Alucina y se siente embobado al ver que si había una persona se acercara a lo que buscaba, por lo menos en un 90% a sus pretenciones (más encima ultra exigente el saco weas). Y no para de soñar. Cree que por entregarle simpatía y cariño, está listo y es cosa de tiempo concretar -jajajajajajaja, pobre wn!!!-, pero no se da cuenta que toda esa simpatía y cariño no es porque lo consideren eshpeshial ni nada, noooo, es que hay personas que son así, muy fraternas y amigables, que lamentablemente se rodean a veces de seres penosos que confunden eso con algo más.
Pasa el tiempo y al no ver "avances" en algo que creían ya casi concretado, se sienten ofendidos si la otra persona se aleja al ver las pretenciones elevadas que tenían con ella, y se creen con el derecho a reclamar algo que jamás les fue dado: tiempo y exclusividad.
Siguen así por un tiempo, peleando consigo mismos, y pensando que cosa hizo mal, que dije o no dije (como si fuera de tanta importancia). Al final, se sienten atacados hasta por el viejito que pide plata a la salida del metro, reclamando algo que jamás fue suyo. Lo difícil es que tarde se dan cuenta, cuando ya no hay más nada que hacer (en realidad muchas veces no hubo NUNCA algo que hacer). Reclaman sólo ilusiones, que son sólo eso, ilusiones, sueños, y nada más.
Al final del camino, cuando ya saben que la cagaron y webearon por algo que sólo estuvo en su cabeza creen que no saben como salir de ahí, que es la última, que ya no vendrán más. Aún les falta mucho por vivir, porque eso es una gran mentira, si hasta los viejos cincuentones no les falta Dios. Miran atrás y meditan lo ocurrido, y se dan cuenta que fueron nada, absolutamente nada, ni dentro ni fuera de su vida, sino sólo un wevon simpático que encontraron por ahí, que las hizo sentir bien en un momento, pero que más que eso poco le pueden entregar.
Lo terrible, es que muchos de "esos" saben lo que tienen que hacer, pero esperan vanamente un cambio a su favor, un cambio que para ser cambio primero la situación física tiene que cambiar, cosa que han rogado una y otra vez para que suceda pero que son tan poca cosa que ni un esfuerzo pueden hacer en su favor. Y la verdad es que están totalmente perdidos, aunque no lo quieran ver.
Lo único que espero para ellos, es que llegue el día, se miren al espejo y digan: "encontré una princesa, pero el príncipe lo buscará en otro lugar, no donde tí"
jueves, 17 de abril de 2008
Diálogo 2 (O la razón del porqué tomé esa decisión)
- Por que no quiero, no me dan ganas -Respondió raudamente, a lo que ella insistió...
- Pero si antes lo hacías, dime que onda pues? hiciste alguna promesa o algo? -Preguntó la curiosa mujer
- No, ninguna promesa, cosas mías niña, relax -Le dijo pensando que no lo incharía más, cosa en la que estaba muy equivocado ya que en un último intento por saber el porque de la resolución volvió a inquirir:
- Pero porfa, dime, te hace mal?
- No mujer, tranquila, ya... te diré -Una tenue sonrisa afloró en sus labios, ya que por fin iba a saber la razón de la sobriedad extrema de su novio. Él le comienza respondiendo con otra pregunta:
- Amor, recuerdas el día que nos conocimos?
- Si, obvio que me acuerdo, jajajaja - Lanzó una risa medio burlosa, a lo que él respondió de inmediato:
- Yo no me acuerdo.
lunes, 7 de abril de 2008
Rincón 3
No sentiste mis pasos, el amor platónico por tu popular cantante te tenía en otro mundo. Me acerqué por detrás tuyo, para darte una sorpresa, pero justo cuando iba a llegar a ti, miraste tu reloj y te diste la vuelta para ver si venía. Al ver que estaba a 2 metros de distancia, te paraste de inmediato, te sacaste los fonos de tus orejas y te lanzaste sobre mi. Me abrazaste fuerte, apoyaste tu mentón en mi hombro y no me querías soltar. Nunca me habías abrazado así, que recuerde por lo menos, y yo hice lo mismo contigo. El montón de sensaciones de ese momento, fue increíble y llegó a su máxima expresión cuando levantaste la cabeza y me diste ese beso. No sé porqué, pero creo que fue el mejor que había recibido. Mi corazón parece que se salía, incluso me llegó a doler, mi respiración se dificultó, pero no quería terminara.
Conversamos un rato, salimos a caminar a pesar de lo tarde que era y me contaste todo lo que habías hecho desde la última vez que nos habíamos visto. Era casi un mes, demasiado tiempo, pero tenías que hacer tu viaje y dejar todo listo para lo que se venía en un par de años más. Ninguno de los dos lo planeó en ese momento, pero las cosas salieron así, y por cierto estoy muy feliz.
Te expliqué que ya era hora, que mañana me esperaba un día largo nuevamente y que no podía ser de otra forma. Tu rostro cambió de inmediato y la tristeza lo inundó, pero entendiste que hasta que las cosas no mejoraran tenía que ser así. Un mes!!! un mes!!! para poder estar nuevamente por poco más de media hora!!! Pero está bien, es lo que hay y hay que aguantarse, es lo mejor.
Tú sabes que si te fueras de nuevo y volvieras, me la jugaría otra vez por estar contigo aunque sean sólo 5 minutos, claro que si. Pero con sólo una condición: que me digas tu nombre y donde encontrarte.
martes, 11 de marzo de 2008
Rincón 2
Al final, lo único que importa no es tanto lo que haga yo, si me esmero o no, porque en estos temas la voluntad de acuerdo a las concepciones y exigencias bajo las cuales cada uno de nosotros toma una decisión es la que manda. Porque sí, en todas estas cosas somos nosotros quienes tomamos tal o cual decisión, y los actos, de todos aquellos que consideramos un peligro para nuestras pretenciones probablemente tengan el mismo valor para otros que lo que hagamos nosotros, ya que aunque nos duela reconocerlo, somos uno más dentro de varias posibilidades.