lunes, 7 de abril de 2008

Rincón 3

Fue genial el otro día. Tuve clases en la mañana y turno de tarde en el trabajo, estaba cansadísimo, pero al final de mi jornada me esperabas en la banca de la placita que hay por ahí. Tenías los audífonos puestos, escuchando no sé que, creo que era una canción de tu Alejandro Sanz querido. Alejandro Sanz po wn!!! pensar que escucho a ese compadre sólo cuando ando en un estado semi-depresivo, pero semi-depresivo, porque el resto del tiempo sus discos los tengo relegados en algún respaldo viejo, a veces olvidando donde está, porque sé que si leo la carátula, asomos de nostalgia pueden aparecer y ahora estamos en tiempo de vacas gordas, o de prosperidad si quieres llamarlo así.

No sentiste mis pasos, el amor platónico por tu popular cantante te tenía en otro mundo. Me acerqué por detrás tuyo, para darte una sorpresa, pero justo cuando iba a llegar a ti, miraste tu reloj y te diste la vuelta para ver si venía. Al ver que estaba a 2 metros de distancia, te paraste de inmediato, te sacaste los fonos de tus orejas y te lanzaste sobre mi. Me abrazaste fuerte, apoyaste tu mentón en mi hombro y no me querías soltar. Nunca me habías abrazado así, que recuerde por lo menos, y yo hice lo mismo contigo. El montón de sensaciones de ese momento, fue increíble y llegó a su máxima expresión cuando levantaste la cabeza y me diste ese beso. No sé porqué, pero creo que fue el mejor que había recibido. Mi corazón parece que se salía, incluso me llegó a doler, mi respiración se dificultó, pero no quería terminara.

Conversamos un rato, salimos a caminar a pesar de lo tarde que era y me contaste todo lo que habías hecho desde la última vez que nos habíamos visto. Era casi un mes, demasiado tiempo, pero tenías que hacer tu viaje y dejar todo listo para lo que se venía en un par de años más. Ninguno de los dos lo planeó en ese momento, pero las cosas salieron así, y por cierto estoy muy feliz.

Te expliqué que ya era hora, que mañana me esperaba un día largo nuevamente y que no podía ser de otra forma. Tu rostro cambió de inmediato y la tristeza lo inundó, pero entendiste que hasta que las cosas no mejoraran tenía que ser así. Un mes!!! un mes!!! para poder estar nuevamente por poco más de media hora!!! Pero está bien, es lo que hay y hay que aguantarse, es lo mejor.

Tú sabes que si te fueras de nuevo y volvieras, me la jugaría otra vez por estar contigo aunque sean sólo 5 minutos, claro que si. Pero con sólo una condición: que me digas tu nombre y donde encontrarte.

No hay comentarios: